Y llegamos a Soria, como estaba previsto, a primera hora de la tarde. Coincidimos los dos coches, al mismo tiempo, aparcando junto al Teatro Palacio de la Audiencia. Nino venía desde Madrid con Begoña Larrañaga, Paco Cintas y Yamal (piano, guitarra y percusiones respectivamente) Ángel, Jesús Parra y yo veníamos desde Segovia. Lo cierto es que la Plaza de la Audiencia continúa siendo un lugar precioso. Mientras empezaban a probar sonido y después de acomodarme en el camerino, me "escapé" durante unos minutos para contemplar de cerca el retablo renacentista de Santa María la Mayor, en un recodo de la plaza, junto al teatro. La iglesia estaba abierta y vacía, en penumbra, pero con el magnífico retablo iluminado. Todo un espectáculo.
Pero había que volver al escenario para continuar probando luces y sonido. No hubo problemas. Todo el personal nos atendió maravillosamente y con profesionalidad, así que después de un breve ensayo y antes de la actuación, otra escapada, esta vez a una cafetería cercana para ¿tomar café? pues no. Les voy a confesar un pequeño secreto: antes de cantar siempre me tomo un vaso de leche templada con Cola-Cao. Dicen que algunos cantantes se toman una copa antes de la actuación, pues yo no. Leche templada con Cola-Cao o, en su defecto, con una cucharada de miel. Me deja la voz "a punto".
Y empezamos. Me encargué de la primera parte iniciando el programa con "Viene el juglar" mientras Nino aparecía por el pasillo del patio de butacas tocando la dulzaina hasta el escenario. Lo presenté y luego él se retiró para que yo continuara en solitario. En Soria, por supuesto, no podía faltar el "Romance del Duero", de Gerardo Diego ni mucho menos los melancólicos versos que Antonio Machado le dedicara a su perdida Leonor desde Baeza, "Soñé que tú me llevabas". Varias canciones que hablaban de la problemática de Castilla (con amor al terruño, nada de política) y no quise dejar de cantar "Ya se van los pastores", coreada por el público.
Y luego llegó el juglar. Nino Sánchez abriendo brecha con su "Quítate niña", levantando al público con las notas de "La Montaraza", interpretando en solitario a Unamuno en "Dorium-Duero-Douro", repasando sus éxitos y llamándome a escena para acompañarlo en "Barcarola" y "La Chana". El público pidió "otra" y aunque ya era tarde, le cantamos "En casa del Tío Vicente". Fue un concierto acogedor y entrañable. Todos salimos contentos y creo que lo más importante: el público también.
En el patio de butacas, amigos entrañables: Isabel Goig, escritora, que lleva la página Soria-Goig y el pintor Jaime del Huerto. Nos alargamos todos hasta un mesón cercano para cenar y cambiar impresiones. Nos comentaron que de "Juglares del Duero" les gusta especialmente ese "contraste" entre dos estilos diferentes pero que confluyen en una intención común.
Carretera y manta y a casa. Hasta la próxima actuación que será en Salamanca el día 11 de septiembre a las 21 h. en el Patio de las Escuelas. Son las Fiestas salmantinas y Nino Sánchez forma parte del programa. Yo iré como artista invitada.